En el siglo XVI, España, Francia e Inglaterra competían ferozmente por el control del Nuevo Mundo. En este contexto, la corona española encomendó a Pedro Menéndez de Avilés una misión crucial: establecer una presencia permanente en la Florida y eliminar la amenaza que representaban los colonos franceses hugonotes. Su respuesta fue contundente y marcó un hito en la historia de la colonización española en América.
La Amenaza Francesa en la Florida
Desde principios del siglo XVI, los exploradores franceses habían intentado establecer asentamientos en Norteamérica. En 1564, los hugonotes, un grupo de protestantes franceses perseguidos en su país, fundaron Fort Caroline en la actual costa de Florida. La presencia francesa en un territorio reclamado por España fue considerada una amenaza, especialmente porque representaba un punto estratégico que podía poner en peligro las rutas comerciales y navales españolas en el Caribe.
Al conocer la existencia del asentamiento francés, Felipe II ordenó a Pedro Menéndez de Avilés expulsar a los intrusos y asegurar la Florida para España. Menéndez, un veterano marino y corsario, asumió la tarea con determinación y preparó una expedición para establecer una colonia y erradicar a los hugonotes.
La Fundación de San Agustín
El 28 de agosto de 1565, Pedro Menéndez de Avilés y su flota avistaron la costa de Florida. Apenas unos días después, el 8 de septiembre, desembarcó y fundó la ciudad de San Agustín, en honor al santo cuya festividad se celebraba el día en que había avistado la tierra. Este asentamiento se convirtió en la primera ciudad europea habitada de manera continua en lo que hoy es Estados Unidos, adelantándose en más de 40 años a Jamestown y en más de medio siglo a Plymouth.
El acto de fundación estuvo acompañado por una ceremonia religiosa, encabezada por el padre Francisco López de Mendoza Grajales, quien ofició una misa y bendijo la tierra. Se construyeron rápidamente defensas y edificios para asegurar la supervivencia del asentamiento frente a los ataques franceses y las difíciles condiciones del entorno.
La Matanza de Matanzas
Tras establecer San Agustín, Menéndez dirigió su atención a Fort Caroline. En un golpe de audacia, organizó una marcha terrestre a través de pantanos y selvas para atacar la fortaleza francesa. El 20 de septiembre de 1565, sorprendió a la guarnición y tomó el fuerte sin apenas resistencia. Los defensores, debilitados por la falta de suministros y sorprendidos por la ofensiva española, no pudieron reaccionar a tiempo.
Sin embargo, la acción más infame de la campaña de Menéndez ocurrió poco después, en lo que hoy se conoce como la «Matanza de Matanzas». Un grupo de franceses que había naufragado al sur de San Agustín fue capturado por las fuerzas españolas. Menéndez, siguiendo la política de Felipe II de no tolerar herejes en tierras españolas, ordenó la ejecución de los prisioneros, con la excepción de aquellos que declararan ser católicos. Este episodio consolidó su reputación como el «azote de los herejes» y marcó el fin de la presencia hugonote en Florida.
Legado de Pedro Menéndez de Avilés
Gracias a las acciones de Pedro Menéndez de Avilés, la Florida permaneció bajo dominio español durante más de dos siglos. Su fundación de San Agustín sentó las bases para la presencia hispana en el sureste de Estados Unidos, influyendo en la cultura y la historia de la región hasta la actualidad.
Aunque su figura ha sido objeto de controversia, especialmente desde la perspectiva anglosajona, es innegable que su liderazgo y determinación aseguraron la soberanía española sobre la Florida. San Agustín sigue en pie como testimonio de su legado, recordando la compleja historia de la conquista y la rivalidad entre potencias europeas en el Nuevo Mundo.
Pedro Menéndez de Avilés no solo fundó una ciudad; consolidó un bastión estratégico que cambiaría el rumbo de la colonización en América. Su historia es un reflejo del choque de civilizaciones, la fe y la lucha por el poder en un territorio aún inexplorado y lleno de desafíos.



Deja un comentario