Francisco Pizarro González, nacido en Trujillo, Extremadura, alrededor del 16 de marzo de 1478, es una figura que evoca la era de los conquistadores españoles, aquellos que extendieron el dominio de la Corona de Castilla a través del Nuevo Mundo. Su vida, marcada por la ambición y la controversia, es un relato de aventura, poder y conflicto.
Infancia y Juventud
Pizarro nació en una familia humilde; era hijo ilegítimo de Gonzalo Pizarro Rodríguez de Aguilar, un hidalgo y capitán de infantería, y de Francisca González Mateos. Su infancia transcurrió en la España rural de finales del siglo XV, una época de grandes cambios y descubrimientos.
Primeros Años en América
En 1502, Pizarro se embarcó hacia el Nuevo Mundo con la expedición de Nicolás de Ovando. Participó en diversas expediciones, incluyendo la de Alonso de Ojeda a América Central y la de Vasco Núñez de Balboa, que culminó con el descubrimiento del Océano Pacífico en 1513.
La Conquista del Perú
La hazaña más notable de Pizarro fue la conquista del Imperio Inca. En 1529, tras dos expediciones fallidas y armado con la autorización real obtenida en las Capitulaciones de Toledo, Pizarro inició su tercera y definitiva expedición. En 1532, capturó al emperador inca Atahualpa en la Batalla de Cajamarca, un evento que marcó el principio del fin para el vasto Imperio Inca.
Gobernador de Nueva Castilla
Tras su victoria, Pizarro fue nombrado gobernador de Nueva Castilla, con sede en la recién fundada Ciudad de los Reyes, hoy conocida como Lima. Su gobierno estuvo marcado por las luchas de poder y las guerras civiles entre los conquistadores, lo que eventualmente llevaría a su violento fin.
Muerte y Legado
El 26 de junio de 1541, Pizarro fue asesinado en Lima por partidarios de Diego de Almagro el Mozo, hijo de su antiguo socio y rival. Su muerte simbolizó el turbulento periodo de las guerras civiles en el Perú colonial.
Pizarro dejó un legado complejo. Por un lado, es recordado como el audaz conquistador que expandió los territorios de la Corona española y fundó ciudades que perduran hasta hoy. Por otro, su figura está asociada con la destrucción de una civilización y la subyugación de sus pueblos.
La biografía de Francisco Pizarro es un testimonio de la complejidad de la historia humana, donde la valentía y la crueldad a menudo se entrelazan. Su vida sigue siendo objeto de estudio y debate, reflejando las luces y sombras de una era que cambió el mundo para siempre.



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