La hazaña del marino español Pedro Serrano en el Caribe llegó hasta la corte del emperador Carlos. Capitaneando un viejo patache de pabellón real que unía Santa Marta con La Habana, una tempestad le sorprende en plena noche dejándolo a merced de los elementos, embarrancando finalmente en el arenal de un minúsculo cayo a ciento treinta millas de tierra firme. En ese islote inhóspito y desconocido hasta para las cartas de navegación pasará don Pedro ocho largos años, de 1526 a 1534, hasta que un galeón en la ruta a Cartagena de Indias divisa sus señales de humo y lo rescata. Julio Valle y Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo, nos lo cuentan.
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