La nacionalización del canal de Suez y el cierre de los estrechos de Tiirán por parte del líder egipcio Gamal Abdel Nasser, además del apoyo de este a los movimientos independentistas de los países vecinos, principalmente el de Argelia, crearon un profundo malestar en Israel, Francia y Gran Bretaña. Esto dará lugar a una conspiración para hacer caer al régimen de Nasser.
