El Scharnhorst se desliza lentamente de proa hacia las profundidades del mar hasta que finalmente sus 3 grandes hélices (con sus palas de 5 metros, diseñadas para desarrollar altas velocidades) aún girando moderadamente apuntan al cielo.
De inmediato el buque desaparece de la superficie bajo una fuerte succión…
basado en artículo de GUSTAVO F. SCHÜRMANN
