En otoño de 1257 una gran nave vikinga se hizo a la mar desde el puerto de Bergen en dirección al sur. A bordo viajaban altos dignatarios del reino noruego, encabezados por el obispo Pedro de mar, nobles, damas y un centenar de caballeros, encargados de vigilar y cuidar un valioso cargamento: oro, plata, pieles y otros bienes que constituían el ajuar y la dote de la más encumbrada pasajera de la nave, la princesa Cristina, hija del Rey Haakon Haakoson El Viejo.
Escrito por Bedunia