La batalla de Actium, acontecida en el año 31 a.C., constituyó uno de los episodios finales de la convulsa República romana, en un tiempo en el que, de la mano de Octavio Augusto, empezaba ya a despuntar el incipiente proyecto imperial. Desde un punto de vista militar y naval, en Actium se enfrentaron dos importantes escuadras, ambas extraordinariamente dotadas y pertrechadas para un combate en el que no solo se iba a dilucidar el devenir de los dos hombres más poderosos del momento sino también el de la propia Roma.
Artículo de Antonio García Palacios en la revista digital Historia Rei Militaris nº 7